¿Y PORQUE NO HAN COCINADO
CABRITO?
Mañuco Salvatierra era uno de esos chicos que de lejos parecía pero de
cerca no cabía la menor duda. Desde niño tuvo inclinación hacia la dulzura y a
jugar con muñecas. Un día lo encontraron en su dormitorio con un camisón de
niña y haciéndose unas trenzas de muñeca que a su madre ya no le quepo la menor
duda de hacia donde apuntaba la orientación de Mañuco. El padre enojado le dijo a la madre “Ya ves
por estar comiendo demasiado pollo. Desde mañana en esta casa no se come mas
pollo” y la sentencia a partir de ese día se cumplió al pie de la letra.
Pasaron los años y Mañuco termino los estudios en colegios particulares porque
en los nacionales mucho lo molestaban y mucho “la enamoraban”. Cuando en el
último año le hicieron una encuesta para definir su orientación vocacional
resultó que el hombre estaba listo para ser estilista profesional. El día que
se graduó hicieron una cena donde el plato principal fue arroz con pollo. El
padre preguntó apenado: “¿Y porque no han cocinado cabrito?”
José Ñique-Lima-Perú