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lunes, 28 de enero de 2013




VACANTES LIMITADAS

Justino llegó apresurado y se encontró con una fila de desocupados como él. Se puso detrás del último y empezó a hojear el periódico que había comprado.  No se podía concentrar en la lectura de las noticias no obstante que había bastantes calatas y muchos crímenes ese día. La fila daba viarias vueltas a la manzana y calculó que había aproximadamente 150 personas.

Al rato se abrió el portón viejo y por ahí salió el capataz. Este era un hombre de unos cincuenta años de edad y de 1.80 de altura, grueso y fuerte. Comenzó a caminar por la fila mirando a cada uno. Cuando llegó a Justino le dijo: “Oye chico. No aceptes que nadie se ponga detrás de ti. ¿Ok?.” Justino le señaló: “No se preocupe tío”. El hombre hablo fuerte: “Bien señores aquí solo entran diez. No mas” Un murmullo de desaprobación recorrió la fila. “¿Diez?-dijo Justino. “Esto ya se parece al foro”. Puso el diario entre sus brazos y se marchó. El capataz dijo a nadie: “Camarón que se duerme no se le mira los dientes”


José Ñique-Lima-Perú